Entre dioses y mitos

Si por algo se caracterizó la época prehispánica fue por que los pueblos estaban llenos de mitos acerca de la creación de sus dioses y los poderes o magia con que eran relacionados. 
Estos dioses podían tomar la forma human o animal, aunque también podían hacer presencia por medio de fenómenos naturales como la lluvia, el sol, las cosechas, etc.   

Los dioses mesoamericanos representan diferentes elementos del cosmos, de la naturaleza y las actividades humanas. En el panteón mesoamericano hay dioses que simbolizan los astros como el Sol, la luna, el planeta Venus y los dioses de la tierra, el viento, la lluvia, el agua y el fuego, así como dioses que representan a las plantas como el maíz y el maguey. 

López Austin menciona que la fisión es el poder de la unidad para crear una entidad dual da una característica particular a todos los dioses mesoamericanos. Son capaces de fisionar su ser para producir dos o más entes divinos en los que se distribuyen sus propias características.
Contrario a esto se encuentra la fusión,  en que dos o más dioses pueden unirse para formar una sola divinidad, compuesta con los atributos de las anteriores. 
El historiador también señala que en Mesoamérica las divinidades "no tenían una individualidad absoluta: se fundían y se desdoblaban; cambiaban de atributos y de nombre según las circunstancias; sus personalidades se transformaban constantemente siguiendo la dinámica del contexto". Los dioses no eran claramente definidos y tampoco predicaban o convertir como los dioses cristianos, simplemente eran la encarnación de fuerzas de la naturaleza y de conceptos filosóficos. 

 

Referencias:

  • López Austin, Alfredo, "6. Los dioses", Arqueología Mexicana, edición especial, núm. 69, pp. 8-22.
  • Rafael Tena: La religión mexica. INAH, México, 1993, p. 22.
  • Johanna Broda, "Ritos y deidades del ciclo agrícola", Arqueología Mexicana núm. 120, pp. 54-61.
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