Los Mexicas
Durante la época prehispánica el sacrificio humano hacia los dioses era una práctica muy común, sobre todo porque era una forma de calmar su ira divina y así conseguir algún beneficio, ya fuer para las guerras o para las cosechas, pues estos dioses ern relaciondos con algún elemento de la naturaleza.
Aztecas
Los sacrificios se llevaban a cabo en el Templo Mayor,
(.....) el Macuilcalli o Macuilquiahuitl (lugar de las 5 casas o lugar de las 5 lluvias) en donde se sacrificaban los espías de ciudades enemigas, el Tzompantli (fila o hilera de cabezas) en donde se ensartaba la cabeza de la víctima sacrificada en una estaca de madera, el Teutlalpan o Teotlalpan (lugar del juego de pelota), el Coacalco, considerado como un lugar donde se podía tener a dioses hechos prisioneros, o el Cuauhxicalco otro recinto cercano al Templo del Sol y que se utilizaba para quemar o preparar a cautivos antes de ser sacrificados.
H.L. Ocaña-Servín Menciona que hay tres tipo de sacrificios: el autosacrificio, los rituales asociados a las guerras y los sacrificios agrarios.
Autosacrificio
Este ritual consistía en pasar por varias penumbras, abstinencias y mortificaciones. Se dice que este ritual se hacía antes de sacrificar a alguien, pues el hombre debía sufrir antes de consolidar el sacrificio humano; lo mismo pasaba con los gobernantes y los sacerdotes. Los hombres comenzaban con el ayuno, es decir, dejar de consumir ciertos alimentos y solo debía comer lo que se les daba. La abstinencia sexual formaba parte también de este ritual, para asegurarse de que se cumplía los encerraban y los vigilaban.
Lo más interesante de este ritual y quiza lo más difícil, era la parte del sacrificio de sangre, esto consistía en que el hombre por medio de instrumentos filosos hacían brotar sangre de varias partes de su cuerpo.
La castración, la emasculación (eunucoidismo), el pinchamiento o perforación del falo, el pinchamiento de las piernas o las orejas, atravesarse la lengua y otras partes del cuerpo con punzones de hueso, espinas de maguey o navajillas de obsidiana, son prácticas de autosacrificio que pueden inscribirse en el contexto del uso ritual del cuerpo humano.
Rituales de Guerra
Se menciona que los prisioneros de guerra eran llevados al Templo Mayor y cuando llegaban a la cima, los sacerdotes los colocaban en la piedra de sacrificio y les sacaban el corazón. Éste era puesto en una vasija y se ofrecia como ofrenda a Huitzilopochtli.
Los sacrificios de guerra eran muy comunes entre los tlatoanis, pues cada que uno ascendía al cargo un ritual inicial era iniciar con una campaña de conquista. Muchas veces estas campañas ayudaban a expandir el territrio y por lo tanto se llenaban cada vez más de riquezas. Los tlatoanis lo tomaban pnsaban que los dioses los aydaban por lo que cada vez eran más grandes y fastuosos los rituales que se hacían en su honor.
Algunos autores mencionan que la sangre era una ofrenda que Huitzilopochtli aceptaba, razón por la cuál hicieron de la guerra una de sus principales tareas.
Para este sacrificio debía haber tres personas involucradas: el sacrificante, la víctima y una deidad. Para iniciar, la víctima era caracterizada como la deidad a la que se hacía el sacrificio y después del ritual era enterrada o incinerada.
Estos sacrificios relacionados, en su mayoría con la agricultura y la naturaleza, se hacían de acuerdo al calendario que ellos tenían. Era una especie de reciprocidad entre hombre y deidad: el hombre sufría y entregaba algo, a cambio los dioses les brindaban lluvia, sol, buenas cosechas, etc.
En ocasiones, antes de este ritual los hombres practicaban el autosacrificio, pues también servía como ofrenda a los dioses. Derramar sangre era muy importante, de cualquier parte del cuerpo, la sangre se derramaba en frente de las estatuas de los dioses para dar sustento.
Había celebraciones en las que los hombres derramaban sangre 5 días previos a la fiesta principal y con la sangre se untaban el rostro o se pintaban rayas.
Referencias:
- Olivier. Sacrificio humano, mito y poder entre los mexicas. Letras libres, (2010), pp. 30-36
- B. Díaz del Castillo. Historia verdadera de la conquista de la Nueva España. Editorial Porrúa SA, (1998), pp. 10-316
- Zaid Lagunas Rodríguez, "El uso ritual del cuerpo en el México prehispánico", Arqueología Mexicana núm. 65, pp. 42 - 47.
Hassig, Ross, "El sacrificio y las guerras floridas", Arqueología Mexicana núm. 63, pp. 46-51.